El cepillo de dientes

El cepillo de dientes es nuestro mejor aliado a la hora de tener una dentadura sana, pues gracias a él vamos a eliminar la placa, el sarro y las bacterias que se nos acumulan en la boca. En el mercado, los encontramos de varias clases, tanto manuales como eléctricos, de manera que vamos a poder escoger entre una gama enorme, aunque conviene decantarse por los menos agresivos.

A la hora de cuidar la dentadura, no hay nada mejor que un cepillo de dientes. Y es aquí donde surgen dudas, ya que en los últimos años han aparecido cepillos de todo tipo e incluso con durezas distintas.

Podemos tener la tentación de comprar un cepillo de los más duros, pero los dentistas Vitoria siempre recomendamos uno de cerdas suaves. Es posible que haya que hacer más pasadas con él, aunque a cambio no desgasta el esmalte ni las encías.

Otra posibilidad es comprar uno eléctrico. Es más cómodo y los actuales hacen la presión justa pese a lo cual no son para todo el mundo, pues hay personas que no se llegan a acostumbrar a él.

Tampoco debemos olvidar cambiarlo cada dos o tres meses, si bien no pasa nada si compramos uno todos los meses dado el precio tan económico que tienen, algo que también hay que hacer con los cabezales de los cepillos eléctricos.

Nunca hay que olvidarse de desinfectarlos. Están en el baño, un lugar con gérmenes y húmedo, de forma que siempre hay que guardarlos con capuchón y hemos de limpiarlos con alguna solución desinfectante varias veces por semana. Se puede usar agua oxigenada para este fin, ya que es muy económica y la encontramos en cualquier sitio. Basta con sumergir el cepillo en un vaso con agua oxigenada durante un buen rato, aclarándolo bien después.

Si no tenemos agua oxigenada, o no queremos utilizarla, un colutorio con algún bactericida también nos irá genial a la hora de dejar el cepillo impoluto y listo para ser utilizado sin peligro alguno.

 

Cada cuánto debo cepillarme los dientes

Cualquier dentista en Vitoria ha respondido a esta pregunta en miles de ocasiones, pues es una de las dudas que más repiten todos los pacientes en la consulta. Como mínimo, hay que hacerlo dos veces al día, por la mañana y antes de acostarnos. Si podemos, lo mejor es cepillarlos después de las comidas, pero no justo al terminar.

Los dentistas recomendamos esperar al menos media hora después de comer; esto tiene que ver con el ácido que hay en la boca tras la comida, el cual puede dañar los dientes si los cepillamos cuando está presente en la boca. En ese momento el esmalte es más débil, así que conviene esperar a que el nivel del ácido baje antes de pasarnos el cepillo.

 

Cuánto debe de durar el cepillado de dientes

Además de recomendar el tipo de cepillo que debes usaren la Clínica Dental Gazdent Vitoria también aconsejamos que el cepillado dure alrededor de dos minutos, ya que se ha comprobado que en ese tiempo se llega a todos los rincones de la cavidad bucal.

Una buena idea es dividir la boca en cuadrantes, e ir cepillándolos cada uno de manera independiente cierto tiempo sin necesidad de obsesionarnos. No hace falta poner un cronómetro, pero sí cepillarnos los dientes sin prisa. Algunos cepillos eléctricos vienen con temporizador incorporado, lo que nos ayuda a hacerlo bien. Este aviso suele consistir en una vibración, la cual nos alerta de cuándo hemos terminado en un cuadrante y cuándo debemos parar.

No hay que olvidar que este tiempo es orientativo. Si tenemos la boca muy limpia, es probable que tardemos menos, mientras que si un día hemos comido carne, chocolate o alimentos similares es posible que tengamos que emplear algo más de tiempo.

 

El hilo dental después del cepillado

Con el cepillado no se termina el trabajo que debemos hacer a la hora de limpiar los dientes, sino que queda un paso que es imprescindible si queremos que la higiene sea completa.

Nos referimos al hilo dental, el cual permite que limpiemos el espacio que hay entre los dientes y las encías, un lugar a donde no llega el cepillo, de forma que la placa bacteriana se termina acumulando en esa zona.

Hay personas que son reticentes a pasarse el hilo dental y en muchas ocasiones dicen que no pueden hacerlo porque están todo el día fuera de casa. Esto no es una excusa, ya que basta con una vez al día, por ejemplo, antes de irnos a la cama.

Lo podemos hacer tanto con el clásico rollo como con los palillos de plástico que ya vienen con el hilo. Son de usar y tirar, y lo cierto es que gracias al mango son más cómodos y sencillos de utilizar que el rollo.